jueves, 1 de octubre de 2015

Reflexión, Fundación Esperanza y Vida

Estando en la Fundación esperanza y vida, me di cuenta de lo agradecidos que debemos ser con nuestras vidas y que siempre hay que vivirlas al máximo. Pues hay personas que pasan por cosas mucho más difíciles que nosotros y aún así siempre mantienen una sonrisa en el rostro.

Los niños de ésta fundación me enseñaron muchas cosas, como a valorar cada momento y siempre ver el lado positivo de las cosas. Cada una de las personas de éste lugar se lleva una parte de mi,  jamás olvidare ésta experiencia tan hermosa que me dejaron vivir junto a ellos. Compartir tiempo con estos niños fue muy divertido, hubo muchos momentos graciosos y definitivamente inolvidables. Se ganaron mi corazón y me hicieron ver la vida de otra manera, solo puedo decirles... Gracias!  :')


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